Inconfundible con su estilo, inconfundible con su voz, inconfundible con su personalidad. No hay ninguna duda, hablamos de Raphael. Nacido un 5 de mayo de 1943 en Linares (Jaén) comenzó a cantar profesional a la edad de 16 años. Muy pronto despuntó en festivales como el de la Canción de Benidorm -ganó tres primeros premios- o el de Eurovisión. Sus éxitos lograron catapultarlo internacionalmente, realizando giras mundiales que pasaban por América Latina, Estados Unidos, Europa, o Japón. Numerosas películas, más de 300 discos de Oro, y el único de habla hispana en conseguir el disco de Uranio por vender más de 50 millones de discos.

Un fenómeno de masas que hoy en día -en pleno siglo XXI- continúa teniendo cosas por ofrecer. El paso de los años no ha hecho más que agrandar su leyenda artísticamente. Un currante de la música que no ha parado de reinventarse y seguir siendo el inconfundible Raphael. La estrella incombustible que enamoró a varias generaciones con su voz profunda y grave, con entonaciones y gestos en sus interpretaciones que llevan las canciones un paso más allá. Canciones que siempre identificaremos con él, que permanecerán impasibles en nuestra memoria por el resto de nuestras vidas con su voz e interpretación como "Yo Soy Aquel", "Mi Gran Noche", "Escándalo", "Digan lo que Digan", "Qué Sabe Nadie"... más de 60 años siendo simplemente Raphael, el inconfundible e incombustible Raphael.